viernes, 27 de febrero de 2015

Reflexiones de Francisco en 4ta. semana de febrero de 2015(*)

“En la Cuaresma se debe luchar, un tiempo de lucha espiritual contra el espíritu del mal. Y mientras atravesamos el ‘desierto’ cuaresmal, tenemos la mirada dirigida hacia la Pascua, que es la victoria definitiva de Jesús contra el Maligno, contra el pecado y contra la muerte. El desierto es el lugar en el cual se puede escuchar la palabra de Dios y la voz del tentador. En el rumor, en la confusión, esto no se puede hacer; se escuchan sólo las voces superficiales. En cambio, en el desierto, podemos bajar en profundidad, donde se juega verdaderamente nuestro destino, la vida o la muerte. ¿Y cómo escuchamos la voz de Dios? La escuchamos en su Palabra. Por esto es importante conocer las Escrituras, porque de otra manera no sabemos responder a las insidias del Maligno. Y aquí quisiera volver a mi consejo de leer cada día el Evangelio: cada día leer el Evangelio, meditarlo un poquito, diez minutos; y llevarlo también siempre con nosotros: en el bolsillo, en la cartera. Tener siempre el Evangelio a mano. El desierto cuaresmal nos ayuda a decir no a la mundanidad, a los ‘ídolos’, nos ayuda a hacer elecciones valientes conformes al Evangelio y a reforzar la solidaridad con los hermanos. Entremos en el desierto sin miedo, porque no estamos solos: estamos con Jesús, con el Padre y con el Espíritu Santo”.
Que la Virgen Santa, modelo de docilidad al Espíritu, nos ayude a dejarnos conducir por Él, que quiere hacer de cada uno de nosotros una “nueva criatura”. A Ella confío en particular, esta semana de Ejercicios Espirituales que iniciará esta tarde y en la cual tomaré parte junto con mis colaboradores de la Curia Romana.  Recen para que en este ‘desierto’ que son los Ejercicios podamos escuchar la voz de Jesús y también corregir tantos defectos que todos nosotros tenemos, y hacer frente a las tentaciones que cada día nos atacan. Les pido, por lo tanto, que nos acompañen con su oración”. 22/2/2015. Ángelus. RV.
Sugerencia:
Acompañar al Papa Francisco, en este tiempo de Cuaresma, con oración  y lectura del Evangelio.
“¡O Jesús o el mal! Jesús no invitaba a comer a los demonios: los expulsaba, porque eran el mal. Uno no puede llamarse cristiano y violar la dignidad de las personas; quienes pertenecen a la comunidad cristiana no pueden programar y realizar gestos de violencia contra los demás y contra el medio ambiente. Los gestos exteriores de religiosidad que no van acompañados por una auténtica y pública conversión no son suficientes para considerarse en comunión con Cristo y con su Iglesia. Los gestos exteriores no son suficientes para acreditar como creyentes a quienes, con la maldad y la arrogancia típica de los criminales, hacen de la ilegalidad su estilo de vida. A quienes eligieron el camino del mal y están afiliados a organizaciones criminales renuevo la apremiante invitación a la conversión. ¡Abrid vuestro corazón al Señor! El Señor os espera y la Iglesia os acoge si, como pública ha sido vuestra opción de servir al mal, clara y pública es también vuestra voluntad de servir al bien”. 21/2/2015. A los Peregrinos de la diócesis de Cassano allo Jonio. NEWS.VA.

(*) Reflexiones del Papa Francisco. Síntesis semanal, en base a extractos textuales. Producido por María Cristina Camacho de Armas para su difusión en: camachodearmas@gmail.com, https://www.facebook.com/catedrafrancisco y  http://nueva-realidad.blogspot.com.ar/

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