martes, 7 de junio de 2016

Reflexiones de Francisco en 1er. semana de junio de 2016(*)

“Para no perderse a lo largo del camino de la fe, los cristianos tienen un preciso indicador de dirección, a saber: las Bienaventuranzas. E ignorar las rutas que propone puede querer decir resbalar por los “tres escalones” de los ídolos del egoísmo, la idolatría del dinero, la vanidad, y la saciedad de un corazón que ríe de satisfacción propia ignorando a los demás”. De entre todas las Bienaventuranzas, hay una que no digo que sea la clave de todas, pero nos hace pensar tanto: Bienaventurados los mansos. La mansedumbre: Jesús dice de sí mismo: ‘Aprendan de mí que soy manso de corazón’, que soy humilde y manso de corazón”. 6/6/2016. Sta. Marta. RV. 
“Pido a los jueces que realicen su vocación y misión esencial, la de establecer la justicia sin la cual no hay ni orden, ni desarrollo sostenible e integral, ni tampoco paz social. Sin duda, uno de los más grandes males sociales del mundo de hoy es la corrupción en todos los niveles, la cual debilita cualquier gobierno, debilita la democracia participativa y la actividad de la justicia. A Ustedes, jueces, corresponde hacer justicia, y les pido una especial atención en hacer justicia en el campo de la trata y del tráfico de personas y, frente a esto y al crimen organizado, les pido que se defiendan de caer en la telaraña de las corrupciones. Cuando decimos “hacer justicia”, como Ustedes bien saben, no entendemos que se deba buscar el castigo por sí mismo, sino que, cuando caben penalidades, que éstas sean dadas para la reeducación de los responsables de tal modo que se les pueda abrir una esperanza de reinserción en la sociedad, o sea, no hay pena válida, sin esperanza. Una pena clausurada en sí misma, que no dé lugar a la esperanza, es una tortura, no es una pena”. 4/6/2016. A Jueces y Magistrados de varios Países. RV. 
“La tarea de protección y de cuidado compete a la Iglesia en su totalidad, pero es especialmente a través de sus Pastores que debe ser ejercitada”.  la responsabilidad de los Obispos diocesanos así como de los Superiores Mayores de Institutos Religiosos y de las Sociedades de vida apostólica de derecho pontificio a emplear una particular diligencia en el proteger a aquellos que son los más débiles entre las personas a ellos confiadas.  El Derecho Canónico prevé ya la posibilidad de remover del encargo eclesiástico por causas graves. Con el Motu Proprio, pretendo precisar que entre tales causas se encuentra también la negligencia de los Obispos relativa a los casos de abusos sexuales cometidos con menores y adultos vulnerables”. 4/6/2016. Motu Proprio. RV. 
"Ninguno está excluido del corazón de Cristo, de su oración y de su sonrisa. Con mirada amorosa y corazón de Padre, el Señor acoge, incluye, y, cuando debe corregir, siempre es para acercar; sin despreciar a nadie, sino que está dispuesto a ensuciarse las manos por todos. Esta Solemnidad nos invita a llegar al corazón, es decir, a la interioridad, a las raíces más sólidas de la vida, al núcleo de los afectos, en una palabra, al centro de la persona. Del corazón del Buen Pastor no es sólo el que tiene misericordia de nosotros, sino la misericordia misma. Puesto que ahí resplandece el amor del Padre; ahí tenemos la seguridad de ser acogidos y comprendidos como somos; ahí, con todas nuestras limitaciones y pecados, es posible saborear la certeza de ser elegidos y amados”. 3/6/2016. Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. RV. 
“La gente más simple, los pecadores, los enfermos, los endemoniados, son exaltados inmediatamente por el Señor, que los hace pasar de la exclusión a la inclusión plena, de la distancia a la fiesta. Esta es la expresión: la misericordia nos hace pasar de la distancia a la fiesta”. La misericordia es tanto el fruto de una ‘alianza’ como un ‘acto’ gratuito de benignidad y bondad que brota de nuestra psicología más profunda y se traduce en una obra externa. De compadecerse del que sufre, conmoverse ante el necesitado, indignarse, que se revuelvan las tripas ante una injusticia patente y ponerse inmediatamente a hacer algo concreto, con respeto y ternura, para remediar la situación”. Al hablar de la misericordia a mí me gusta usar la forma verbal: Hay que misericordiar para ser misericordiados. El hecho de que la misericordia ponga en contacto una miseria humana con el corazón de Dios hace que la acción surja inmediatamente”.  2/6/2016. Retiro espiritual a Sacerdotes. RV.

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