“¡Tantos
cristianos parados! Tenemos tantos detrás que tienen una esperanza débil. Sí
creen que existe el Cielo, ¡pero no lo buscan! Cumplen los mandamientos, los
preceptos: todo, todo… Pero están parados. El Señor no puede hacer de ellos
levadura en su pueblo, porque no caminan. Y esto es un problema: los parados.
Después hay otros: los cristianos errantes, dan vueltas, y vueltas, como si la
vida fuera un turismo existencial, sin meta, sin tomar las promesas en serio.
Aquellos que dan vueltas y se engañan, porque dicen: ‘¡Yo camino!’. No, tú no
caminas: tú das vueltas. Los errantes…
Entre ellos y nosotros, están los que se equivocan de camino: todos
nosotros algunas veces nos hemos equivocado de camino, esto lo sabemos. El
problema no es equivocarse de camino; el problema es no regresar cuando uno se
da cuenta de haberse equivocado”. 31/3/2014.
Sta. Marta. Zenit.
“Las dos palabras cristianas son:
¿quieres sanarte?; no peques más. Pero primero lo cura, y después le dice no
peques más. Palabras dichas con ternura y con amor. Y este es el camino
cristiano, el camino del celo apostólico: acercarse a tantas personas heridas
en este hospital de campo, y tantas veces heridas por hombres de la Iglesia. Es
una palabra de hermano y de hermana: ¿quieres sanar? Y después cuando va
adelante, entonces dice: 'No peques más que no te hace bien'. Es mucho mejor
así. Las dos palabras de Jesús son más hermosas que la actitud de la
indiferencia o de la hipocresía”. 1/4/2014.
Sta. Marta. RV.
“Tres
palabras que se deben decir siempre: “permiso, gracias, disculpa”. Las tres
palabras mágicas, Permiso, para no ser invasivo en la vida de los conyugues. Permiso,
¿qué te parece, eh?”¡Gracias! Agradecer al conyugue: “pero gracias por aquello
que hiciste por mí, gracias por esto”. La belleza de dar las gracias. Y como todos
nosotros nos equivocamos, aquella otra palabra que es difícil de decir, pero
que es necesario decirla: perdona, por favor, ¿eh? ¡Disculpa! ¿Cómo era?
Permiso, gracias y disculpa. Repitámoslo juntos. Permiso, gracias y disculpa.
Con estas tres palabras, con la oración del esposo por la esposa y de la esposa
por el esposo y con hacer la paz siempre, antes de que termine el día, el
matrimonio irá adelante”. 2/4/2014. Aud.
General: sobre el Matrimonio. RV.
"La oración nos cambia el
corazón. Nos hace entender mejor cómo es nuestro Dios. Pero por esto es
importante hablar con el Señor, no con palabras vacías. No, no: hablar con la
realidad: Pero, mira, Señor, que tengo este problema, en la familia, con mi
hijo, con esto, con lo otro... ¿Qué se puede hacer? Pero mira, que ¡tú no me
puedes dejar así! ¡Esta es la oración! Pero, ¿tanto tiempo toma esta oración?
Sí, toma tiempo. El tiempo que se necesita para conocer mejor a Dios, como se
hace con un amigo. Así debe ser la oración: libre, insistente, con
argumentaciones. Y también reprendiéndole un poco: Pero, tú me has prometido esto,
y esto no lo has hecho..., así, como se habla con un amigo. Abrir el corazón a
esta oración”. 3/4/2014. Sta. Marta. RV.
(*)
Extracto textual, de Homilías, mensajes y reflexiones del Papa Francisco,
durante la 1er. semana de abril de 2014. Síntesis propia, para su
difusión en Misas, Parroquias, Escuelas e Instituciones diversas. Verlo en: https://www.facebook.com/catedrafrancisco y en http://nueva-realidad.blogspot.com.ar/
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