“Todos estamos llamados a ser escritores vivos
del Evangelio, portadores de la Buena Noticia a todo hombre y mujer de hoy. Muchas
personas piden ser escuchadas y comprendidas. El Evangelio de la misericordia,
para anunciarlo y escribirlo en la vida, busca personas con el corazón paciente
y abierto, “buenos samaritanos” que conocen la compasión y el silencio ante el
misterio del hermano y de la hermana; pide siervos generosos y alegres que aman
gratuitamente sin pretender nada a cambio. «Paz a vosotros”: es el
saludo que Cristo trae a sus discípulos; es la misma paz, que esperan los
hombres de nuestro tiempo. No es una paz negociada, no es la suspensión de algo
malo: es su paz, la paz que procede del corazón del Resucitado, la paz que
venció el pecado, la muerte y el miedo. Es la paz que no divide, sino que une;
es la paz que no nos deja solos, sino que nos hace sentir acogidos y amados; es
la paz que permanece en el dolor y hace florecer la esperanza”. 3/4/2016. Fiesta de la Divina Misericordia.
RV.
“Tomás era un testarudo. No
había creído. Y encontró la fe precisamente cuando tocó las llagas del Señor.
Una fe que no es capaz de meterse en las llagas del Señor ¡no es fe! Una fe que
no es capaz de ser misericordiosa, como son signo de misericordia las llagas
del Señor, no es fe: es una idea, ideología. Nuestra fe está encarnada en un
Dios que se hizo carne, que se hizo pecado, ¡que ha sido llagado por nosotros!
Pero si nosotros queremos creer en serio y tener fe, debemos acercarnos y tocar
esa llaga, acariciar esa llaga y también bajar la cabeza y dejar que otros
acaricien nuestras llagas”. 2/4/2016.
Vigilia de la Divina Misericordia. RV.
“Pienso, de manera
particular, en el drama de quien padece las consecuencias de la violencia en Ucrania:
en aquellos que permanecen en las tierras trastornadas por las hostilidades que
han causado ya varios miles de muertos, y en aquellos – más de un millón – que
han sido empujados a abandonarlas por la grave situación que continúa. Las
víctimas implicadas son sobre todo ancianos y niños. Además de acompañarlos con
mi constante pensamiento y con mi oración, he decidido promover una acción de
apoyo humanitario a su favor. Con tal fin tendrá lugar una colecta especial en
todas las iglesias católicas de Europa el próximo domingo 24 de abril. Invito a
los fieles a unirse con una generosa contribución a esta iniciativa”. 3/4/2016. Antes del Regina Coeli. RV.
“La única cosa de la cual
tenemos verdaderamente necesidad en nuestra vida es aquella de ser perdonados,
liberados del mal y de sus consecuencias de muerte. Lamentablemente, la vida
nos hace experimentar muchas veces estas situaciones; y sobre todo en ellas
debemos confiar en la misericordia. Dios es más grande que nuestro pecado. No
olvidemos esto: Dios es más grande que nuestro pecado. “Padre yo no lo sé
decir, he cometido tantos graves, tantos” Dios es más grande que todos los
pecados que nosotros podamos cometer. ¿Lo decimos juntos? “¡Dios – todos juntos
– es más grande que nuestro pecado! Una vez más: “Dios es más grande que
nuestro pecado”. Una vez más: “Dios es más grande que nuestro pecado”. Y su
amor es un océano en el cual podemos sumergirnos sin miedo de ser superados:
perdonar para Dios significa darnos la certeza que Él no nos abandona jamás.
Cualquier cosa podamos reclamarnos, Él es todavía y siempre más grande que todo”.
30/3/2016. Audiencia General. RV.
Reflexiones del Papa Francisco. Síntesis
semanal, en base a extractos textuales. Producido por María Cristina Camacho de
Armas para su difusión en: camachodearmas@gmail.com, http://nueva-realidad.blogspot.com.ar/ y https://www.facebook.com/catedrafrancisco.
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