martes, 22 de octubre de 2013

"Dios no nos salva por decreto, sino con caricias"

Contemplación, cercanía, abundancia: son las tres palabras en torno a las cuales el papa Francisco centró esta mañana su homilía. 
Contemplar el misterio, sobre nuestra salvación, sobre nuestra redención, sólo se comprende de rodillas, en la contemplación. No sólo con la inteligencia. Cuando la inteligencia quiere explicar un misterio, siempre – ¡siempre! – ¡se vuelve loca!"
"La segunda palabra que nos ayudará a entrar en el misterio, es “cercanía”. “¡Es el Dios cercano!”, “cerca de nosotros, de nuestra historia”. "A mí, la imagen que me viene es la del enfermero, de la enfermera en un hospital: cura las heridas una a una, pero con sus manos". 

"Dios se implica, se mete en nuestras miserias, se acerca a nuestras llagas y las cura con sus manos, y para tener manos se ha hecho hombre." "Cercanía. Dios no nos salva sólo por un decreto, una ley; nos salva con ternura, nos salva con caricias, nos salva con su vida, por nosotros".
"La tercera palabra, es “abundancia”. “Cada uno de nosotros conoce sus miserias, las conoce bien. ¡Y abundan!” "La gracia de Dios siempre vence, porque es Él mismo quien se entrega, quien se acerca, quien nos acaricia, quien nos cura". “¿cómo podemos desconfiar de un Dios tan cercano, tan bueno, que prefiere nuestro corazón pecador?”, “no es fácil de entender, no se lo comprende bien, con la inteligencia”. "Quizá nos ayuden sólo estas tres palabras: contemplación, cercanía y abundancia". 

Es un Dios, “que siempre vence con la sobreabundancia de su gracia, con la su ternura”, “con su riqueza de misericordia”. 
Fuente: Santa Marta, 22 de octubre. Radio Vaticana

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