“De María, llena de gracia, aprendemos que la libertad cristiana es
algo más que la simple liberación del pecado. Es la libertad que nos permite
ver las realidades terrenas con una nueva luz espiritual, la libertad para amar
a Dios y a los hermanos con un corazón puro y vivir en la gozosa esperanza de
la venida del Reino de Cristo”. “Que los cristianos de esta nación sean una
fuerza generosa de renovación espiritual en todos los ámbitos de la sociedad.
Que combatan la fascinación de un materialismo que ahoga los auténticos valores
espirituales y culturales y el espíritu de competición desenfrenada que genera
egoísmo y hostilidad. Que rechacen modelos económicos inhumanos, que crean
nuevas formas de pobreza y marginan a los trabajadores, así como la cultura de
la muerte, que devalúa la imagen de Dios, el Dios de la vida, y atenta contra la
dignidad de todo hombre, mujer y niño”. 15//8/2014. Misa de Asunción de la Virgen
María en Corea del Sur. RV.
“He dicho que los pobres están en el centro del Evangelio; están
también al comienzo y al final. Hay un peligro, hay una tentación que llega en
los momentos de prosperidad: es el peligro de que la comunidad cristiana se
‘socialice’, que pierda la capacidad de celebrar el Misterio y se transforme en
una organización espiritual, cristiana, con valores cristianos, pero sin
levadura profética. Así se pierde la función que tienen los pobres en la
Iglesia. Ésta es una tentación que las Iglesias particulares, las comunidades
cristianas han sufrido tanto, en la historia. Y ello hasta el punto de
transformase en una comunidad de clase media, en la cual los pobres legan a
sentir vergüenza: les da vergüenza entrar. No es una Iglesia pobre para los
pobres, sino una Iglesia rica para los ricos, o una Iglesia de clase media para
los pudientes”. 14/8/2014. Encuentro con
Obispos coreanos. RV.
“La búsqueda de la paz representa también un reto para cada uno de
nosotros. Se trata del reto permanente de derribar los muros de la desconfianza
y del odio promoviendo una cultura de reconciliación y de solidaridad. La
diplomacia, como arte de lo posible, está basada en la firme y constante
convicción de que la paz se puede alcanzar mediante la escucha atenta y el diálogo,
más que con recriminaciones recíprocas, críticas inútiles y demostraciones de
fuerza. La paz no consiste simplemente en la ausencia de guerra, sino que es
“obra de la justicia” (cf. Is 32,17). Y la justicia, como virtud, requiere la
disciplina de la paciencia; no se trata de olvidar las injusticias del pasado,
sino de superarlas mediante el perdón, la tolerancia y la colaboración.
Requiere además la voluntad de fijar y alcanzar metas ventajosas para todos,
poner las bases para el respeto mutuo, para el entendimiento y la
reconciliación. Me gustaría que todos nosotros podamos dedicarnos en estos días
a la construcción de la paz, a la oración por la paz y a reforzar nuestra
determinación de conseguirla”. 14/8/2014. Mje inaugural visita a Corea del Sur. RV.
(*) Extracto textual, de Homilías, mensajes y reflexiones del Papa
Francisco, durante la 2da. semana de agosto de 2014. Síntesis propia, para su
difusión en Parroquias, Escuelas e Instituciones diversas. Verlo en: https://www.facebook.com/catedrafrancisco y en http://nueva-realidad.blogspot.com.ar/
No hay comentarios:
Publicar un comentario