''Nos disgregamos cuando no somos dóciles al Señor,
cuando no vivimos la fraternidad entre nosotros, cuando competimos por ocupar
los primeros lugares... cuando no encontramos el valor para testimoniar la
caridad, cuando no somos capaces de ofrecer esperanza. El Cristo presente en
medio de nosotros, en el signo del pan y del vino, exige que la fuerza del amor
supere toda laceración, y al mismo tiempo que se convierta también en comunión
con el más pobre, en apoyo para el débil, en atención fraterna con los que
fatigan en llevar el peso de la vida cotidiana y están en peligro de perder la
fe. Envilecerse, significa 'dejarse corroer por las idolatrías de
nuestro tiempo: el aparecer, el consumir, el yo al centro de todo; pero también
el ser competitivos, la arrogancia como actitud vencedora, el no admitir nunca
que nos hemos equivocado o necesitamos algo. Todo esto nos envilece, nos vuelve
cristianos mediocres, tibios, insípidos, paganos''. 5/6/2015. Corpus Christi. VIS.
“Hoy nos referimos
a la pobreza, como condición de vida
que pone a prueba la familia y la hace
vulnerable. La pobreza azota a muchas familias en las periferias de las grandes
ciudades y también en las zonas rurales. Muchas veces se ve agravada por la
guerra, que es sin duda la madre de todas las pobrezas, depredadora de vidas,
de almas y de los afectos más queridos. En medio de estas situaciones, muchas familias
intentan vivir con dignidad, confiando en la bendición de Dios, convirtiéndose así en
una auténtica escuela de humanidad que salva a la sociedad de la barbarie. La lección de
estas familias, no debe “justificar nuestra indiferencia” sino “aumentar
nuestra vergüenza” ante esta escuela de
humanidad que salva la sociedad de la barbarie, un ejemplo, que “irrita” a los “planificadores del
bienestar” que consideran los afectos, la generación de lazos familiares como
una “variable secundaria” de la calidad de vida. “Es necesario que desde todas
las instancias de la vida pública se pongan los medios para un nuevo orden social, que rompa la espiral
perversa entre familia y pobreza que lleva la sociedad a la ruina”. 3/6/2015. AudGral. RV.
“La vida de ustedes, como la vida de los hermanos y
hermanas de Jesús, como la de sus discípulos, no puede ser vacía, banal, sin
objetivos. ¡Abran sus corazones al Espíritu Santo, para que los colme de sus
dones! Acójanlo como huésped especial, llenen sus corazones con la presencia
del Espíritu Santo. Pídanle que los acompañe cada día en el trabajo, mientras
estudian, en la oración, en las decisiones, en la superación de sí mismos y en
el hacer el bien. ¡Sean fuertes con su poder! ¡Con Él transformen el mundo! Es
el Espíritu Santo el que dona la verdadera vida, sana nuestra soledad, nos
acompaña constantemente y nos guía. Propónganse llegar a ser maduros en la
plenitud de la vida, en la plenitud del amor. Asuman la responsabilidad de sus
vidas, no se conformen con las apariencias”. 3/6/2015. A los jóvenes en la Audiencia Gral. RV.
''Es una pregunta que me planteo tantas veces y como yo
tantos de vosotros ¿Por qué sufren los niños? Y no hay explicaciones. Solo miro
a Dios y pregunto: ¿Pero por qué? Y mirando la Cruz digo: ¿Por qué está tu Hijo
ahí, por qué? Es el misterio de la Cruz. Muchas veces pienso también en la
Virgen cuando le llevaron el cuerpo muerto de su Hijo. Y tampoco ella entendía.
No tengáis miedo de pedir, incluso de desafiar al Señor con vuestros ¿Por qué? Quizás
no llegará ninguna explicación pero su mirada de Padre os dará fuerza para
seguir. La única explicación que podrá daros será: También mi Hijo sufrió. Esa
es la explicación. Lo más importante es la mirada. Esa es vuestra fuerza, la
mirada amorosa del Padre''. 30/5/2015. A Niños
enfermos y a sus familiares. News.Va.
(*) Reflexiones del Papa
Francisco. Síntesis semanal, en base a extractos textuales. Producido por María
Cristina Camacho de Armas para su difusión en: camachodearmas@gmail.com, https://www.facebook.com/catedrafrancisco y http://nueva-realidad.blogspot.com.ar/
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