Domingo, 8 de septiembre de 2013 (*)
“El apóstol Juan nos dice esto: quien en su corazón odia a su hermano es un homicida” “Nosotros estamos acostumbrados a los chismes, a las habladurías” y muchas veces transformamos a nuestras comunidades y también a nuestra familia en un “infierno” en donde se manifiesta esta forma de criminalidad que lleva a “asesinar al hermano y a la hermana con la lengua”.
“El apóstol Juan nos dice esto: quien en su corazón odia a su hermano es un homicida” “Nosotros estamos acostumbrados a los chismes, a las habladurías” y muchas veces transformamos a nuestras comunidades y también a nuestra familia en un “infierno” en donde se manifiesta esta forma de criminalidad que lleva a “asesinar al hermano y a la hermana con la lengua”.
“Para que
haya paz en una comunidad -prosigue el papa- en una familia o en un país, en el
mundo, tenemos que empezar a estar con el Señor. Porque donde está el Señor no
hay envidia, no hay criminalidad, no hay celos, hay hermandad. Pidamos esto al
Señor: nunca asesinar al prójimo con nuestra lengua y estar con el Señor, como
estaremos todos nosotros en el cielo”.
Ayer dijo “cuando el hombre piensa sólo en
sí mismo, en sus propios intereses y se pone en el centro, cuando se deja
fascinar por los ídolos del dominio y del poder, cuando se pone en el lugar de
Dios, entonces altera todas las relaciones, arruina todo; y abre la puerta a la
violencia, a la indiferencia, al enfrentamiento.”
“¿Es posible seguir otro camino? ¿Podemos
salir de esta espiral de dolor y de muerte? ¿Podemos aprender de nuevo a
caminar por las sendas de la paz?” Sí, es posible para todos. “Esta noche me
gustaría que desde todas las partes de la tierra gritásemos: Sí, es posible
para todos. Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño
hasta el más grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las
naciones, dijese: Sí, queremos.”
“¡Cómo quisiera que por un momento todos los
hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la
respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la
muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la
Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del
perdón, del diálogo, de la paz.”
(*) Extracto textual, de Homilías, mensajes y
reflexiones del Papa Francisco, durante la 1°semana de septiembre. Síntesis propia, para su difusión en Misas -luego de la
Comunión-, Parroquias, Escuelas e Instituciones diversas. Fuentes: NEWS.VA, ZENIT.ORG.
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