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“… una contradicción: no negociamos los
valores, sino que negociamos la fidelidad. No es la bella globalización de la
unidad de todas las Naciones, es la globalización de la uniformidad hegemónica,
es precisamente el pensamiento único. Y este pensamiento único es fruto de la
mundanidad”. “… el espíritu de la mundanidad existe hoy, hoy nos lleva con este
deseo de ser progresistas siguiendo el pensamiento único”.
“Pero lo que nos consuela es que ante
este camino que hace el espíritu del mundo, el príncipe de este mundo, el
camino de infidelidad, siempre permanece el Señor que no puede renegar de sí
mismo, el Fiel: Él siempre nos espera”.
“Con el espíritu de hijo de la Iglesia
pidamos al Señor que con su bondad, con su fidelidad nos salve de este espíritu
mundano que negocia todo; que nos proteja y nos haga ir adelante, como ha hecho
ir adelante a su pueblo en el desierto, llevándolo de la mano, como un papá
lleva a su niño. En la mano del Señor iremos seguros”. 18 de nov. Santa
Marta. Vatican Insider.
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